Alertan sobre edad temprana en el inicio del consumo de tabaco y alcohol entre menores
Por Deyanira Vázquez | Reportera
En el marco del Día del Niño, diversas instituciones del país impulsaron un llamado urgente para reforzar los entornos protectores y prevenir el consumo de sustancias en menores de edad. La conmemoración, más allá de una celebración lúdica, recordó la responsabilidad social de garantizar un futuro saludable para las infancias.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México existen 37.8 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años, lo que representa casi el 30% de la población total. Esta proporción convierte a este grupo etario en una prioridad nacional.
Las cifras revelaron una preocupación creciente: cada vez más menores se iniciaron en el consumo de sustancias a edades más tempranas. La Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT) estableció que la edad promedio para comenzar a fumar fue de 14.3 años.
En cuanto al alcohol, el promedio de inicio fue todavía más alarmante: 12 años, tanto en hombres como en mujeres. El riesgo de que estos patrones se convirtieran en hábitos permanentes generó una respuesta institucional centrada en la prevención.
Entornos amorosos y prevención desde casa
En esta edición del Día del Niño, autoridades, especialistas y organizaciones reforzaron el mensaje: el cuidado de la salud mental y física de las infancias comenzó desde los hogares. No bastó con prohibiciones, advirtieron, sino que se requirieron vínculos sólidos, diálogo y confianza.
Además de los factores familiares, los entornos escolares y comunitarios propiciaron espacios seguros, donde las niñas y los niños pudieron hablar sobre sus emociones y construir identidad sin recurrir a sustancias.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) Continua 2022 reveló que el 20.6% de niñas, niños y adolescentes consumieron alcohol y el 4.6% fueron fumadores activos de tabaco. Estos datos confirmaron una realidad que rebasó a las campañas tradicionales de prevención.
Frente a estas cifras, los especialistas recomendaron invertir más en actividades culturales, deportivas y artísticas. Estas, señalaron, no sólo alejaron del consumo, sino que fortalecieron el autoestima, la disciplina y la pertenencia comunitaria.
Llamado a proteger el futuro desde hoy
El mensaje principal de este año apuntó a que la prevención debió comenzar desde la primera infancia, con amor, ejemplo y coherencia. “No bastó con decir no; hubo que enseñar cómo decir no y por qué hacerlo”, mencionaron los voceros de diversas instituciones.
El enfoque propuesto se centró en los factores protectores, es decir, aquellos elementos que disminuyeron la probabilidad de que un menor adoptara conductas de riesgo. La unión familiar, la participación activa en la comunidad y los proyectos de vida fueron fundamentales.
La campaña nacional también promovió que en las celebraciones del 30 de abril se abrieran espacios de diálogo entre niñas, niños, adolescentes y sus familias. Escucharles y brindarles información basada en evidencia científica pudo marcar la diferencia.
Por otro lado, la visibilización de estos problemas y la eliminación del estigma asociado al consumo también fueron piezas clave para construir políticas públicas integrales. El reto, afirmaron expertos, estuvo en atender tanto la prevención como la rehabilitación.
Infancias libres de humo y alcohol
Este 30 de abril, la narrativa tradicional del Día del Niño se complementó con una consigna contundente: “Celebremos sin humo, sin alcohol y con muchos sueños”. Con esa frase, organizaciones civiles y gubernamentales intentaron resignificar la fecha.
A través de talleres, ferias de salud, conciertos y eventos educativos, distintos estados del país integraron contenidos de prevención de adicciones a sus festejos infantiles. La Cdmx, por ejemplo, desplegó brigadas informativas en plazas públicas.
Las autoridades educativas también colaboraron con jornadas escolares de concientización, enfocadas en el autocuidado y el desarrollo de habilidades para la vida. La meta fue empoderar a las nuevas generaciones para que decidieran desde la libertad y el conocimiento.
La visión a futuro contempló reducir los índices de consumo en adolescentes en la próxima década. Para ello, la articulación entre familia, escuela, medios y gobierno resultó indispensable.
México ante el reto de cuidar a sus menores
En un país donde casi una tercera parte de la población tiene menos de 18 años, la protección integral de las infancias no fue una opción, sino una obligación moral y legal. En esta fecha simbólica, el Estado reafirmó su compromiso de no fallarles.
Las cifras preocuparon, pero también impulsaron acciones. Organismos como la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) trabajaron en nuevos programas de intervención temprana en comunidades vulnerables.
Asimismo, se insistió en la necesidad de legislar a favor de mayores restricciones publicitarias a productos como tabaco y alcohol, cuyo consumo precoz estuvo relacionado con enfermedades crónicas y riesgos psicosociales.
Porque regalar tiempo, cariño y herramientas para la vida, dijeron los organizadores de esta jornada nacional, fue el mejor obsequio que México pudo ofrecer a sus niñas y niños. –sn–