El clásico no se daba desde 2014 en una final de esta competición. En esa oportunidad, Carlo Ancelotti cerraba el primer año de su primera etapa en el banquillo merengue con una victoria. Este 26 de abril, el segundo ciclo podría acercarse a su fin si el resultado no lo favorece.
Real Madrid está a cuatro puntos del Barcelona en la tabla de la Liga, pero mientras que el cuadro catalán sigue con vida en la Champions, encarado a un Inter en crisis en la semifinal, los blancos solo pueden aspirar a la Copa del Rey y a una remontada liguera épica.
Para este partido ambos tendrán ausencias costosas. Real Madrid perdió a David Alaba por tiempo indeterminado y a Eduardo Camavinga por el resto de la temporada en la victoria 1-0 sobre Getafe en la Liga, y Barcelona definitivamente ha descartado a dos pilares lesionados: el lateral Alejandro Baldé y el goleador Robert Lewandowski, ambos con rotura de los músculos isquiotibiales.
Tal vez para los blancos la situación es más grave porque están en alerta roja con su defensa: Ferland Mendy sigue sin recuperarse plenamente -aunque no se descarta que reaparezca en la final- y eso deja al equipo con Fran García como único lateral izquierdo disponible para controlar al incomodísimo Lamine Yamal. Otros astros de la zaga, Dani Carvajal y Eder Militao, no volverán este año.
Hansi Flick tiene más preocupaciones por la ausencia de Baldé porque ni Gerard Martín ni Héctor Fort han podido aportar los desbordes por la izquierda que él genera.
Lewandowski, en cambio, no es la primera opción en la Copa del Rey, donde el titular toda la temporada ha sido Ferrán Torres, colíder goleador junto a Endrick y Julián Álvarez.
Antonio Rudiger (izquierda) intenta controlar la pelota ante el asedio de Raphinha en la final de la Supercopa de España. Yeda, 12 de enero de 2025. Ese último duelo entre Real Madrid y Barcelona se saldó con victoria 5-2 para el cuadro catalán. AP – Altaf Qadri
Ancelotti podría ensayar un cambio con respecto a la formación que ha presentado hasta ahora: apelar a la garantía que ofrece en el arco Thibaut Courtois, en lugar del portero copero de esta temporada, el ucraniano Andriy Lunin.
La buena nueva para él es que recupera a su goleador Kylian Mbappé, que ya cumplió la sanción por la roja directa que vio ante Alavés y parece recuperado de la molestia que lo hizo salir antes de tiempo del partido de vuelta de la Champions contra el Arsenal.
El favoritismo se ubica en esta ocasión del lado del Barcelona, que es el equipo más ganador en la Copa del Rey con 31 títulos y ha goleado al Madrid en sus últimos encuentros (4-0 en el Bernabéu en octubre y 5-2 en la definición de la Supercopa en enero), aunque los merengues tienen una larga tradición de agigantarse en las finales.
Así se han definido los siete clásicos que los han enfrentado hasta ahora en la Copa del Rey:
2014: Bale hizo la diferencia
Pep Guardiola llevaba el timón de los azulgrana y Lionel Messi se encontraba en un momento estelar, pero fue un jugador sobre el que siempre se albergaron dudas, Gareth Bale, el encargado de poner el 2-1 que coronaba a los merengues.
El galés había llegado un año antes con un contrato récord para el momento, que superaba los 100 millones de dólares.
Nunca demostró merecer tanta confianza, pero en esa final tuvo la última palabra.
Para mostrar este contenido de X (Twitter), debe autorizar las cookies de medición de audiencia y publicidad.
Una larga carrera por la banda izquierda que se inició en el medio del campo y dejó regado en el camino a Marc Bartra selló su primer gran momento vestido de blanco. El otro fue una chilena en la final de la Champions ante el Liverpool en 2018, considerado uno de los mejores goles en la historia del torneo.
2011: Fin de la sequía para Real Madrid
Los blancos tenían 18 años sin coronarse en la Copa del Rey, y lo consiguieron justamente ante su archirrival histórico, gracias a un soberbio cabezazo de Cristiano Ronaldo ante un centro de Ángel Di María en la primera mitad de la prórroga.
Fue el fin de una gran temporada en el torneo para el club blanco, que en ese momento era dirigido por José Mourinho. En cuartos de final había dominado el derbi capitalino ante Atlético de Madrid y en semifinales se deshizo del campeón vigente de la Copa, el Sevilla.
Para mostrar este contenido de X (Twitter), debe autorizar las cookies de medición de audiencia y publicidad.
Y fue el único trofeo que se le escapó ese año al Barcelona, que se coronó tanto en Liga como en Champions y la Supercopa de España. Y de alguna manera se le escapó también al Madrid, porque durante la celebración la copa cayó de las manos de Sergio Ramos y fue arrastrada varios metros por el autobús descapotable que los trasladaba.
1990: la última victoria blaugrana
Johan Cruyff dirigía al Barcelona, que tenía en la portería a Andoni Zubizarreta, en defensa al Ronald Koeman que un par de años antes se coronó en la Euro con Países Bajos, y en la delantera a Michael Laudrup, que cuatro años más tarde pasaría a las filas del Real Madrid.
Guillermo Amor y Julio Salinas pusieron el 2-0 que definió el título a favor del Barça, y pocas semanas después el Real Madrid alzaba el otro gran trofeo de la temporada, el de la Liga.
Julio Salinas (7) pelea el balón con Pietro Vierchowod de la Sampdoria (5) en la final de la Champions en Wembley, dominada por los blaugrana. Londres, 20 de mayo de 1992. Salinas fue el autor de uno de los goles de la victoria del Barça en la Copa del Rey de 1990. AP – Dave Caulkin
Para los catalanes, comenzaba una década mágica en la que llegaron a sus filas hombres de la talla Hristo Stoichkov o Romario, y a sus vitrinas cuatro ligas consecutivas, una Recopa (el torneo que enfrentaba a los ganadores de copa nacionales) y una Supercopa europea y tres de España.
1983: la corona de Maradona
La primera experiencia de Diego Armando Maradona fuera del fútbol argentino se saldó con dos títulos vestido con el uniforme azulgrana, a pesar de los cuatro meses que estuvo de baja por una hepatitis.
Lo dirigía César Luis Menotti, el hombre que lo había dejado fuera de la selección argentina campeona del mundo en 1978 y con el que había fracasado el año anterior en el Mundial de España ’82.
La Copa del Rey ganada 2-0 frente a Real Madrid fue la primera de esas dos coronas con los colores blaugrana. La otra fue en la desaparecida Copa de la Liga, de nuevo frente a los blancos, y con sendos goles de Maradona tanto en la ida como en la vuelta.
1974: goleada madridista
Se disputaba la penúltima edición de la Copa del Generalísimo, como se conoció a este trofeo durante 37 de los 39 años de la dictadura de Francisco Franco, y también corrían los últimos años de la prolífica presidencia de Santiago Bernabéu.
El 4-0 a favor de los blancos se selló con un tanto de una de sus más míticas figuras, José Manuel Sánchez, mejor conocido como ‘Pirri’, que jugó ese partido con fiebre y una clavícula rota.
Foto de archivo de la formación del Real Madrid que enfrentó al Partizan de Belgrado en la final de la Champions de 1966. Bruselas, 11 de mayo de 1966. José Manuel Sánchez ‘Pirri’, sexto de izquierda a derecha, fue uno de los goleadores de la final de la Copa del Rey de 1974. AFP – –
El Barça, por su parte, se vio obligado a prescindir de su jugador estrella, el legendario Johan Cruyff, porque en ese entonces los extranjeros podían participar en la Liga, pero no en la Copa. La regla afectó menos al Real Madrid, que de todas maneras no hubiera podido contar con Günter Netzer, que jugaba y ganaba por esos días el Mundial con Alemania.
1968: la final de las botellas
Se jugaba en casa del Madrid y los blancos llegaban como campeones de liga, pero afectados por siete bajas, entre ellas las de Paco Gento y Manuel Velásquez.
El Barcelona se impuso 1-0 gracias al gol en propia puerta de Fernando Zunzunegui, alineado precisamente para aliviar una de esas ausencias, la de Pedro de Felipe.
Para mostrar este contenido de X (Twitter), debe autorizar las cookies de medición de audiencia y publicidad.
El partido terminó con violencia, con los aficionados madridistas lanzando botellas a la cancha, como muestra de rechazo a la actuación del árbitro Antonio Rigo. Ni siquiera la presencia de Francisco Franco en las gradas para entregar el trofeo apaciguó los ánimos y el Barça no pudo dar la vuelta de honor al estadio.
1936: el primer clásico
El primer Real Madrid-Barcelona de la historia en una final de Copa del Rey se disputó un mes antes del estallido de la Guerra Civil española, con victoria 2-1 para el equipo merengue.
El héroe de ese resultado fue el portero madridista y de la selección española Ricardo Zamora, el hombre que hoy le da nombre al premio que reconoce al mejor portero de la temporada, quien atajó el disparo de Josep Escolá que hubiera representado el empate.
Imagen de archivo que muestra al portero español Ricardo Zamora rechazando de puño ante un ataque de la selección inglesa. Londres, 9 de diciembre de 1931. Zamora fue campeón de la Copa del Rey con Real Madrid en 1936. ASSOCIATED PRESS – Len PUTTNAM
Zamora recibió la copa, sin saber que sería lo último que haría como jugador en España. Pocas semanas después fue detenido por el gobierno republicano y condenado al paredón de fusilamiento. Se salvó por un ataque anarquista y por la intervención del Gobierno argentino, que le permitió marchar al destierro en Francia.